LEY, JUSTICIA, WHERE ARE YOU?: VIOLENCIA - MARIBEL MÜLLER MAYER (Chile)
- CuchaRica Irreverente
- 11 jun 2019
- 19 Min. de lectura
Maribel es abogada, con un profundo interés en los DDHH. En sus palabras: "Soy una mujer con aires de rebeldía tratando de aportar y ayudar a otras mujeres en una sociedad que hoy por hoy sigue teniendo un domino absolutamente patriarcal y en la que aun continúa siendo difícil ser mujer. Creo que donde traten de callarnos debemos gritar , donde traten de reprimirnos debemos buscar la libertad . Parafraseando a mi poetisa favorita diré: soy Maribel Müller Mayer y no soy apta para señoritas.
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#4 12Junio2019
En los últimos años, hemos sido testigos de muchos y dramáticos episodios de agresión y violencia contra mujeres. Esto nos hace reflexionar en que a a pesar de todo lo avanzado en cuanto derechos y protección de la mujer, la violencia sigue dentro de la sociedad chilena.
Los hechos de los que hablo tuvieron distintas características y se repitieron en número alto en pocos días y nos hizo darnos cuenta que la violencia contra la mujer no tiene límite de edades, condición socioeconómica, actividad y se expresa de variadas maneras.
Nos enteramos de la violación y asesinato de una niña de menos de dos años, de la violación grupal de una mujer, de la muerte de dos mujeres en regiones y de extendidas acusaciones de acoso y agresión sexual en el ámbito televisivo, de la actuación y dentro de universidades. La violencia contra la mujer es una forma de discriminación que inhibe gravemente la capacidad de la mujer de gozar de derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre. Esta discriminación a través de la violencia está basada en el sexo,es decir, en la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma desproporcionada,se incluyen actos que infligen daño o sufrimiento de índole física, mental o sexual, las amenazas de esos actos, la coacción, otras formas de privación de la libertad.
Si bien la violencia es una forma de discriminación, hay otras manifestaciones de la discriminación contra las mujeres (como la pobreza, la falta de acceso a la educación, la dependencia económica, la pertenencia a sectores de la población marginados, entre muchas otras) que pueden constituir factores de riesgo para que las mujeres sufran abusos, explotación, establezcan o se mantengan en relaciones de pareja violentas o se reduzcan sus capacidades para salir de éstas situaciones.
Por otro lado, las violencias que éstas sufren en el ámbito físico, psicológico, sexual económico o patrimonial pueden ser determinantes para reforzar su baja posición en la sociedad o su falta de empoderamiento. Por ejemplo, la violencia en el ámbito privado puede incidir que en el ámbito publico y especialmente en el laboral sufran discriminación. Por lo anterior, la violencia contra las mujeres es considerada una forma extrema de discriminación.
Sabemos que el que uno de los fundamentos del patriarcado está en la existencia de relaciones de poder entre los sexos. En dicho sistema se establece un orden jerárquico binario que contrapone a hombres y mujeres, asignándoles valores, comportamientos y actividades distintas con base en su sexo. En este sistema, los hombres y lo vinculado a ellos, es decir, lo que se considera masculino, tiene una mayor jerarquía y valor sobre las mujeres y lo vinculado o lo que se considera propio de ellas (lo femenino).
En el patriarcado, la violencia contra las mujeres en sus diferentes manifestaciones, se emplea como mecanismo de control que pretende mantener la subordinación de las mujeres, y su menor valía dentro del sistema.
La discriminación que ellas sufren en este sistema, por el sólo hecho de ser mujeres puede incrementarse por la condición económica, orientación sexual, la diversidad de género ,raza, discapacidad, nacionalidad, edad, etc. lo que impide el ejercicio pleno de sus derechos humanos.
la violencia hacia las mujeres es una triste y vergonzosa realidad, que en Chile afecta tanto a niñas como adultas, campesinas y urbanas, de altos y bajos ingresos. Todas sufren o están en alto riesgo de experimentar situaciones violentas solo por el hecho de ser mujeres. Esto obedece a un orden cultural que por siglos ha privilegiado los aportes de un género por sobre otro, ubicando a las mujeres en los espacios de subordinación y menos valoración. Bajo este prisma las situaciones de violencia han sido comprendidas como fenómenos naturales, siendo erróneamente justificadas por las personas y comunidades con argumentos como, es su mujer le debe obediencia y respeto, olvidando que el respeto es mutuo y que en una sociedad que busca la igualdad no se puede , no se debe hablar de obediencia , sino de cooperación y relaciones equitativas entre las parejas , sean del sexo que sean.
Ahora bien ¿Qué es la violencia contra la mujer?
El artículo 1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de las Naciones Unidas, considera que la violencia contra las mujeres es: “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada”. También se habla de violencia de género, que es aquélla que se ejerce sobre las mujeres sólo por el hecho de serlo. Denota el abuso, la sumisión y el control de la vida de las mujeres, que puede tener lugar en el ámbito público, privado o íntimo.
Generalmente cuando hablamos de violencia contra la mujer pensamos inmediatamente en femicidio, VIF , nos vamos al ámbito físico , pero hay otra formas de discriminación contra la mujer:
Violencia Psicológica: abarca las agresiones verbales, gestuales, manipulación, chantaje emocional, descalificaciones, gritos, insultos, portazos, ridiculizaciones, amenazas, humillaciones, silencios prolongados, engaño, imposición de gustos, deseos o ideas, acusaciones, celos, control de los actos cotidianos de la víctima, avergonzarla, aislarla de familia y amigos, entre otros.
Violencia Sexual: se relaciona con el contacto sexual abusivo, hacer que una mujer participe en un acto sexual no consentido. También caben en esta categoría las presiones para realizar prácticas sexuales no deseadas; es decir en contra de la voluntad de las mujeres.
Violencia Económica: corresponde a la negación al acceso de recursos básicos o el control sobre ellos, como usar el dinero para manipular e imponer la voluntad del hombre contra la mujer, prohibir a la mujer trabajar o disponer del dinero que ella gana, dejarla endeudada, negar la mantención económica de los hijos/as, entre otros.
La violencia se puede dar en distintos ámbitos -.
En el familiar: es el acto abusivo de poder donde el agresor tiene o ha tenido una relación de parentesco por consanguinidad o afinidad con la víctima. Estos hechos pueden ocurrir dentro o fuera del domicilio familiar. En este espacio se encuentran por ejemplo el castigo físico a niñas, el abuso económico de adultas mayores, el control de hermanos a hermanas. Los tipos de violencia son variados y no solo físicos, por lo tanto, es necesario que las mujeres estén atentas a todas las relaciones que establecen al interior del hogar, evitando que en éstas exista abuso de poder.
el mismo régimen de sociedad conyugal al ser el hombre el administrador de la sociedad conyugal , constituye a mi modo de ver un abuso, no olvidemos que hasta antes de la ley 18802 el fundamento de esto era la incapacidad de la mujer, hoy en día a pesar de que se la considera plenamente capaz, el hombre conserva esta facultad necesitando la mujer en algunos casos de su autorización para gravar , enajenar arrendar etc bienes propios que administra el cónyuge.
Ámbito de pareja: se desarrolla en el espacio familiar y es una de las formas más común de violencia contra las mujeres, donde las agresiones son infligidas por sus maridos o parejas, generalmente, masculina. En este ámbito encontramos, por ejemplo, la violencia en el pololeo.
Ámbito del trabajo o del lugar de estudios: se ejerce por las personas que tienen un vínculo laboral o docente con la víctima. En este caso, el abuso de poder impide el adecuado desarrollo de la mujer en estas áreas. Un ejemplo es el acoso sexual en el trabajo.
En la comunidad: son los actos individuales o colectivos que transgreden derechos fundamentales de las mujeres y propician su denigración, discriminación, marginación o exclusión en el ámbito público. Por ejemplo, el acoso callejero, manoseo en locomoción colectiva, intimidación en actividades masivas, entre otros.
Institucional: son los actos u omisiones de las y los funcionarios públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los Derechos Humanos de las mujeres. Por ejemplo, la violencia obstétrica durante el embarazo o parto, el maltrato en los servicios de salud, las agresiones de las fuerzas de orden, etc.
¿Qué Derechos Humanos son vulnerados con la violencia contra las mujeres?
El derecho a la vida, a la integridad física y psíquica son bases para el desarrollo de las potencialidades y capacidades de las personas, por esta razón, cuando las mujeres sufren violencia también se ven afectados sus derechos al trabajo, salud, educación y participación. De igual manera, impacta en el derecho a libertad personal, a la seguridad, a la honra y dignidad. Las mujeres deben ejercer el derecho a una vida libre de violencias, para ello deben hacer parte de la vida algunos principios fundamentales como:
• Nada justifica la violencia
.• Ningún ser humano merece ser maltratado ni golpeado.
• El responsable siempre es quien ejerce la violencia, nunca la víctima.
• Nadie merece vivir con miedo, lastimada, insultada, o amenazada en su propia familia ni en ningún otro lugar
. • Las víctimas no son responsables del abuso.
debemos como sociedad , estar atentos para poder reconocer si una mujer está sufriendo algún tipo de violencia:
por ejemplo :
• La mujer sufre: insultos, humillaciones, amenazas, imposibilidad de salir de casa y chantaje.
• La mujer es controlada su vida social, con quien se relaciona, se limitan los quehaceres y se restringen los deseos
. • Se agrede, golpea, empuja, se lanzan objetos, se lastima físicamente
• Cuando a una mujer se le toca sin consentimiento, emplea fuerza física o amenaza para realizar actos sexuales, o se explota sexualmente para obtener dinero o bienes materiales.
• Se impide trabajar o decidir sobre el destino de los ingresos.
• No se permite que la mujer decida cuántos hijos desea tener y cuándo, qué métodos anticonceptivos usar, etc
• A la mujer se le hace sentir culpable del comportamiento abusivo o violento que él realizó
. • Se amenaza con dañar o hacerle mal a los hijos e hijas o quitárselos si decide abandonar el hogar o dejar a la pareja que ejecuta la violencia.
Todas las mujeres tiene derecho a denunciar cualquier tipo de violencia a la que esté siendo sometida, ya sea en el ámbito público o privado.
La ley 20.066 de Violencia Intrafamiliar (VIF), tiene como objetivo prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma. Por lo tanto, es una ley restringida solo al espacio privado o al ámbito familiar.
¿A quiénes protege esta Ley?
• Relaciones de pareja: cónyuges, convivientes, ex cónyuges y ex convivientes. Se comprenden progenitores de hija/o común, aún sin convivencia.
• Parientes: del cónyuge o conviviente o del agresor (abuelo/ as, padres, nieto/as, tío/as, cuñado/ as, sobrino/as carnales o políticos)
• Menores de edad o personas con discapacidad: bajo dependencia de cualquier integrante de la familia.
Esta ley no contempla las relaciones de pololeo, salvo que exista un hijo/a en común.
Se supone que dentro de los 12 puntos de la agenda de género de Piñera , se le dará suma urgencia a la ley que sanciona la violencia en el pololeo.
no debemos olvidar que cuando las mujeres viven violencia tienen derecho a:
• Denunciar en Carabineros de Chile, Policía de Investigaciones, Tribunales de Familia y Fiscalías
. • Solicitar medidas de protección.
• Ser oída/os por el fiscal y el tribunal. Cualquier persona puede denunciar un hecho de violencia y solicitar reserva de su identidad
A pesar de que la violencia contra las mujeres ocurre de forma más habitual en la intimidad de las familias, no debe considerarse como un tema privado, ya que estos actos vulneran los Derechos Humanos y la posibilidad de que cada persona, familia y comunidad se desarrollen en ambientes de respeto e igualdad.
Si las personas no reaccionamos al ver violencia contra las mujeres y omitimos, callamos o no actuamos, estamos justificando la violencia, transformándola en un hecho normal o natural.
Se trata por lo tanto, de un problema que sitúa a las personas entre el “no hacer nada”, convirtiéndolos en cómplices de la violencia, o intervenir.
La violencia no es un problema que compete exclusivamente a las mujeres que lo sufren o a profesionales especialistas, jueces, policías o personal de la salud sino que es una tarea en la que todas las personas debemos intervenir. No puede haber paz, no puede haber progreso mientras las mujeres vivan con miedo de sufrir violencia.
No podemos convertirnos en cómplices de este tipo de violencia y por so es necesario denunciar cada vez que se ve este tipo de agresiones. También es importante apoyar a las mujeres que la sufren, generando redes de apoyo en la comunidad a través de grupos, prevenirla en las relaciones cotidianas y detectarla a tiempo, desnaturalizarla y denunciarla.
Mitos sobre la violencia contra las mujeres
• Quienes ejercen violencia lo hacen porque sufren de una momentánea pérdida de control o de una enfermedad.
• La violencia ocurre solo en familias de escasos recursos.
• Un hombre que ejerce violencia es alguien que ama demasiado y no sabe lo que hace.
• El alcohol y las drogas son los causantes de la violencia
.• Las mujeres se lo buscan, hacen algo para provocar al hombre.
La violencia contra las mujeres está presente en todos los ámbitos de la vida y afecta a mujeres jóvenes, mayores, de diversos niveles económicos, sociales y étnicos en espacios públicos y privados. Estar informadas y atentas a las formas de violencia permitirá generar estrategias para erradicarla.
#3 29Mayo2019 LA FEMINIZACION DE LA POBREZA
Se dice que la pobreza tiene cara de mujer. ¿Por qué?
Si bien en los últimos años hemos ido ganando espacios y derechos, es una realidad indiscutible que la desigualdad en el ámbito económico entre hombres y mujeres, sobre todo en los sectores más vulnerables, sigue siendo abismante.
Si bien la pobreza, que dicho sea de paso va en aumento no solo en países en vía de desarrollo sino que ahora también en los países del primer mundo, no es un una realidad que atañe exclusivamente a las mujeres, es bien sabido que mientras la pobreza aumenta, la franja que separa las condiciones de hombres y mujeres se va haciendo cada vez más grandes.
A este fenómeno se le llama la feminización de la pobreza.
Al hablar de feminización de la pobreza nos referimos a un cambio en los niveles de pobreza que muestra una tendencia en contra de las mujeres o los hogares a cargo de mujeres. Este es un fenómeno que hace que tanto mujeres y niñas vivan una vida de carencias y se queden estancadas en un ciclo que no acaba nunca gracias a estereotipos de género.
Creo que nadie puede cuestionar que la pobreza también es una cuestión de género. Son diversos los motivos por los que la pobreza incide más en las mujeres que en los hombres, pero en la base del problema se sitúa la desigualdad y la posición subordinada que aún hoy mantiene la mujer respecto al hombre.
Hoy en día la mujer sigue accediendo al mercado laboral en peores condiciones que el hombre,somos discriminadas por el hecho de ser mujeres, nuestras capacidades son subestimadas y la carga familiar nos relega a empleos considerados “femeninos”, que suelen ser hasta precarios, mal remunerados, con pocos o ningún beneficio social.
Aún en nuestros tiempos, las mujeres somos forzadas a asumir todo la carga familiar y debemos encontrar una forma de obtener ingresos que nos permita encargarnos también del hogar. Por ello, una gran cantidad de mujeres eligen puestos de medio tiempo o trabajos típicamente femeninos como enfermeras, maestras, personal de limpieza, secretarias, etc. Estos trabajos no solo pagan menos, por ser considerados femeninos, sino que también limitan el control de las mujeres sobre sus derechos como trabajadoras.
Al tener esta doble labor (trabajo/hogar), las posibilidades de educarse, perfeccionarse o capacitarse profesionalmente son escasas, lo que hace que nos quedemos en el foso donde estamos y no podamos salir, perpetuando en cierta medida este ciclo de pobreza dejándonos vulnerables ante la explotación. Muchas veces he escuchado el pobre es pobre porque quiere, porque es flojo, se les olvida que son las desigualdades las que nos hunden más en la pobreza y que nos dejan sumergida en ella y nos impide salir adelante.
Dentro de los factores que inciden en este proceso de feminización de la pobreza están por ejemplo:
1. Asimetría en la distribución de las tareas del hogar entre hombres y mujeres. El tiempo dedicado a este trabajo, no reconocido socialmente ni tampoco remunerado, impacta en las posibilidades de formación y desarrollo personal y profesional, teniendo en muchos casos que aceptar trabajos precarizados y peor pagos.
2. Como sucede en múltiples ámbitos sociales, el trabajo se encuentra marcado también por una división basada en estereotipos de género, que limita las oportunidades de inserción laboral. En este sentido, las tareas del hogar continúan siendo concebidas como una exclusiva responsabilidad de la mujer, que en función de roles culturalmente asignados, se ve obligada a sacrificar así otros aspectos de su vida para atender las demandas domésticas. Naturalizar estas ocupaciones invisibilidad una profunda desigualdad que se mantiene a lo largo del tiempo y que, además, está atravesada por una diferencia de clases. Las mujeres de mayores ingresos tienen la posibilidad de delegar estas tareas en otras personas, generalmente pertenecientes a los sectores populares.
3. A su vez, las mujeres suelen ocupar los puestos más bajos al interior de las instituciones, siendo excluidas de los cargos directivos a pesar de su formación educativa y experiencia, enfrentándose a los denominados “techos de cristal”. Esto responde a la incidencia de criterios patriarcales que se arrogan el derecho a decidir sobre la aptitud de los puestos según diferencias de género, cuestionando, por ejemplo, la capacidad de una mujer para la toma de decisiones. En esto influye también la maternidad, suponiendo que implica un conflicto para el trabajo .
4. Las mujeres, especialmente las pobres, tienen mayores dificultades para acceder al trabajo remunerado, por las barreras que le imponen sus tareas domésticas, su falta de preparación e información o por pautas culturales que desincentivan el trabajo femenino. Además, enfrentan de parte de los empleadores imágenes estereotipadas y conductas discriminatorias que limitan sus opciones.
Sin duda la pobreza afecta de manera diferente a hombres y mujeres. Aun cuando hay procesos comunes en la pobreza de hombres y mujeres, en otros existe un claro sesgo de género. Las mujeres presentan mayor vulnerabilidad para caer y permanecer en la pobreza. A diferencia de la dinámica de la pobreza masculina, relacionada básicamente con el trabajo, la pobreza femenina se vincula también de manera importante a la vida familiar. La falta de autonomía en la capacidad de generación de ingresos de las mujeres las vuelve especialmente vulnerables, particularmente en determinadas etapas de su ciclo vital, tales como embarazo, lactancia, cuidado de niños pequeños y vejez.
La pobreza femenina se relaciona básicamente con las dificultades que impone la vida familiar al trabajo de las mujeres. Muchas mujeres caen en la pobreza a consecuencia de una separación o un divorcio, luego del nacimiento de un hijo que las obliga a restringir sus actividades laborales, después del accidente o minusvalidez de otro familiar y de las muchas otras contingencias que pueden ocurrir en el ámbito doméstico.
Reparar la situación y volver a la condición anterior de no-pobreza, en el caso de las mujeres, es más difícil que en el de los hombres, ya que depende de una serie de restricciones y limitaciones adicionales, debido al peso de los condicionantes familiares. Por esta razón, la pobreza femenina tiende, además, a perdurar más tiempo.
El aumento de hogares con jefatura femenina es otro fenómeno asociado a la pobreza femenina. Este fenómeno tiene su origen en ciertos cambios demográficos, tales como las migraciones temporales o definitivas de los hombres, la viudez femenina, el embarazo adolescente, el aumento de la maternidad en soltería, las separaciones y divorcios.
La mayor vulnerabilidad a la pobreza se deriva del carácter de sostén económico único o principal de la mujer. Las mujeres que los encabezan familias monoparentales tienen ingresos menores, deben asumir las responsabilidades económicas sin dejar las domésticas y muchas veces no cuentan con aportes del padre ausente. Una situación similar es la que viven las jóvenes madres adolescentes, incluso cuando permanecen junto a sus padres ya que dejan de lado sus estudios y proyectos de vida frente a esta nueva responsabilidad, aumentando así las probabilidades de transmisión intergeneracional de la pobreza.
Como dato puedo decirles que casi dos tercios de los trabajadores que ganan sueldo mínimo son mujeres. Creo que debemos empezar a cuestionarnos esto.
En conclusión, para lograr igualdad de género también tenemos que atacar la pobreza como fenómeno altamente feminizado.
Se hacen necesarias políticas más activas de concienciación social para disminuir en lo posible la desigualdadentre hombres y mujeres, y se requieren más ayudas por parte de las instituciones para dar a estas mujeres la posibilidad de desarrollarse y evolucionar económica y socialmente. La concesión de préstamos a mujeres y los programas sociales de acceso a la educación están cambiando un tanto la situación.
Tenemos que abogar por desmantelar las causas que mantienen a las mujeres en la precariedad. Porque mientras yo hablo de esto acá, desde mis privilegios, hay miles de mujeres siendo explotadas como trabajadoras de maquilas o domésticas.
Porque mientras yo he tenido la suerte de tener una vida y una carrera que conllevan ciertos privilegios hay miles de mujeres sometidas a todo tipo de humillaciones y abusos por ganarse un mísero sueldo para poder llegar a fin de mi y sobrevivir, y eso para mi no puede llamarse liberación femenina.
Y para terminar, una frase de Audre Lorde: “Yo no soy libre mientras cualquier otra mujer es oprimida, aun cuando sus grilletes sean muy distintos a los míos”.
MI ABUELA
Irene Sepúlveda López
Abuelita, tu historia de vida, ahora pasó a ser la mía. Tus huellas están y quedaran en mi, eternamente.
Quisiera rendirle un homenaje a mi tía Olga Mayer Sepúlveda, quien ha fallecido ayer.
Tía: Amar, generosidad, entrega, alegría y valentía tienen un nombre y ese es tuyo. Si llego a ser la mitad de la mujer que tu fuiste, me sentiré muy afortunada.
#1 29Feb2019
CUERPA - ISABEL CETINA (Iss Crisxa) (MEXICO)
Sobre el feminismo y cómo descubrir el amor propio.

Quiero partir desde mi historia personal para hablar sobre cómo el Feminismo puede cambiar vidas y cómo ello jamás es batalla perdida. Muchos creen que para ser feminista necesitas tomar tu kit promocional de inicio y a partir de ello el chip te cambia la vida de manera pronta, fácil, sencilla y que un día amaneces con las frases: luchemos por la igualdad, soy capaz, soy sorora y soy bonita; ¿Es éste proceso así? No, definitivamente no.
Cada mujer que ha atravesado por el feminismo sabe bien que antes de declararse feminista tuvieron que pasar ciertas situaciones personales para asumirse como tal.
Que un rayo fulmina tu cerebro y se va quebrando poco a poco el mundo como lo conocías. Y no, no es nuestra culpa que tardemos en asimilarnos como feministas o que quizá vislumbremos que es una necesidad.
Crecemos bombardeadas de mensajes hostiles disfrazados de “así funciona el mundo” desde que somos pequeñas y podemos captar la realidad, nos venden la idea de igualdad, en el buen caso de que nazcas en una familia que tenga conciencia sobre ello, pero a la vez la incongruencia del mundo no nos hace entender a plenitud que significa crecer y vivir en igualdad y por sobre todo, que significa vivir con libertad. Es decir, nos venden las definiciones sin siquiera tomar un punto de partida en la realidad, esto lo descubres cuando siendo niña te dicen que te comportes como una señorita, que por ser mujer deberías comer como pajarito, que es necesario que te arregles la coleta, la faldita, que las niñas no van por el mundo sin blusa porque eso sólo es bien visto en los niñitos.
Te enfrentas a que es necesario que sepas jugar a la cocinita, a la casita, a la mamá y las muñequitas porque sí, te estas entrenando para la vida, de repente te encuentras con que la regla es una amenaza de ingreso al mundo de los adultos, que ya eres candidata a ser madre y que de ti, y no de tu noviecito depende cuidarte, porque además, temas como la masturbación y el sexo seguro son temas no propicios para las chicas, aunque oigas y oigas que menganita o sotanita tuvo su primera vez y que ahora todos le dicen que es una puta. Creces con el miedo y el estigma. Miedo de llegar tarde, de no ser como las chicas fáciles o putas. O, al menos hasta tu generación era lo adecuado, pensar así estaba bien. Escuchas de la virginidad como si fuera una corona, en lo personal no en mi casa, en donde el himen no era un cuento de hadas del matrimonio ni significaba pureza.
Pero oyes sin cesar de todo eso que las chicas no deben hacer. Creces viendo a bellísimas artistas que representan la belleza a la que deben aspirar todas las adolescentes. Cabello perfecto, cuerpo delgado y firme, sonrisa blanca y pareja, piel clara y sobre todo mucho romance y felicidad ¡con lo tanto que te hacen soñar! ; ¡Caramba, no! Eso no tiene nada que ver con la realidad, sin embargo te lo crees o te lo creías.
En medio del frenesí de ese tiempo en que las hormonas y las neuronas no trabajan tan en conjunto surgen inseguridades que el sistema social, ni tardo ni perezoso, se encarga de explotarlo ¿Tienes granos? Ni te preocupes usa tal jabón ¿Tienes sobre peso y quieres que te amen? ¡Éstas pastillas te van a funcionar! ¿No encajas? Abrieron una nueva tienda de moda donde puedes comprar cosas para presumir ¿No tienes amigos? No te preocupes, sigue no teniéndolos pero al menos tómate selfies en el antro de moda (sic); y así, el sistema neoliberalista “sana” nuestros “defectos” humanos con una masilla de nada. Y, en el limbo entre el mundo neoliberal y el real te das cuenta de que no puedes comprarte completa.
Crecí con problemas de autoestima, en realidad siempre me sentí como una señora mayor, pero una señora mayor, fea y gorda y es que, en ese entonces, no estaba ni remotamente de moda el Body Positive, corriente feminista que empodera los cuerpos gordos, resaltando su belleza en sus propias medidas. Aun veo fotos mías dónde puedo adivinar la tristeza bajo la pose, de no sentirme ni cómoda ni bien.
El feminismo me enseñó a amarme a mí misma y a amar a otras mujeres reales, las que están en nuestras casas y en las calles y no la caricatura con la crecimos.
Descubrí mis curvas, mi placer, que era un ser deseante y deseado. Recuerdo la primera vez, que me habló una mujer querida por mí, de feminismo, su discurso me hizo ruido porque si bien es cierto que mis problemas de autoestima habían dañado mi percepción de mi misma y del mundo, también es cierto que descubrí que mi educación había sido bastante feminista y que, además, yo misma era bastante feminista, aunque claro, aún con el mazo del machismo que ideológicamente no es tan fácil de librar; esa primera vez me apasioné defendiendo del “Igualismo” (el cual tajantemente no existe) pero, mi amiga, en vez de juzgarme tuvo paciencia, paciencia de que yo me apropiara de ese nuevo mundo que tenía que conquistar por mí misma, mi proceso (como el de muchas) fue lento, paulatino, insistente y hasta doloroso.
Porque el aprender a amarme a mí misma me costó cortar con relaciones dañinas que consumían mi dignidad, mis límites, mi amor propio, cortar con el fantasma de que el fin último es el amor romántico. El amor sí, pero el propio, fuente de la que emerge la vida: la tuya.
Anoche precisamente me quedó claro como ahora vivo enamorada del reflejo y cómo antes resultaba hasta incómodo pero ¿Cómo el feminismo puede hacer que yo me ame más? En el momento en que entiendo que la belleza, ni es universal ni es eterna, la belleza muta de cultura a cultura y de individuo a individuo, en el momento en que las feministas alzan la voz para proclamar que su cuerpo es un templo, que es bello, con cicatrices, con estrías, con gorditos, con músculos ¡Todos los cuerpos son una fiesta! ¡Todos los cuerpos son bellos!, en el momento que me hablan del desapego, del como malos afectos pueden arruinar mi fidelidad a mi dignidad, a mi felicidad.
La palabra tan sonada “deconstrucción” tiene todos los secretos del feminismo tras de sí, el feminismo me ayuda a amarme más en el momento en que entiendo que cada definición de odio sobre mi misma es el sistema de creencias y valores poniendo guillotina a mi corazón vibrante de vida y de amor. Veo el proceso de deconstrucción en una analogía mía muy concreta de cómo, en primer término la realidad es como una hoja vacía en la que escriben (gente que ni ves, que ni te ama, fantasmas sociales) las palabras “cuerpo, bello, mujer, femenina, delicada, maternal, dependiente, pequeña, pasiva, menstruación, emoción, irracionalidad” pero entonces el feminismo te muestra un espejo, uno muy claro, en que te miras, aun con defectos y sabes que lo que lees en esa hoja no es más que un cúmulo de palabras vacías, porque tu belleza no puede ser limitada por una hoja de papel y, entonces rompes esa hoja sabiendo que no, que eso que escribieron es la figura mítica de una mujer de papel que no se parece a la de carne y hueso que eres tú.
**Isabel Cristina Cetina Castillo (Iss Crisxa) nació en México en 1986, estudió Comercio internacional y actualmente trabaja en el sector de la Construcción, se dedica a la pintura y la poesía. Ha sido líder estudiantil en la Universidad Autónoma de Yucatán en el periodo 2008-2011. Ha publicado en la revista Puentes de la Universidad de Arizona. Participado en la Feria Internacional de la Lectura 2018 con tres mesas paneles. Colaboró en el V encuentro de escritores de Península a Península. Ha incursionado en el cabaret con lecturas de sus poemas con el Colectivo Arrabaret en noche de Brama Vol. II. Participaciones de lectura poética en instituciones como REPAVIH AC, UNASSE AC e INKÜBERS. En el 2018 tuvo su primera exposición colectiva en el marco del día de la mujer llamada: Óyeme con los ojos. Impulsora del movimiento de sororidad a través de pláticas sobre feminismo. Feminista, fiel creyente de la libertad y del amor como sistema político. Aguerrida soñadora. Coordinadora Gral. de la asociación Igualdad Sustantiva Yucatán.
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